Mi Jardin Culinario


Mi jardín culinario
El aprecio por cocinar con hierbas frescas se ha ido popularizando entre los ‘chefs’, aunque al principio el acceso a ellas era bastante limitado. Sólo en los chinitos de los barrios más finos conseguíamos albahaca y orégano’.

ELENA HERNÁNDEZ
mosaico@prensa.com

Nunca he sido amante de las plantas, a pesar de que mi bisabuela, abuela y madre, han cultivado desde frondosos jardines de rosas dignos de portada de revista, hasta terrazas y balcones cubiertos de matas como gingers, chafleras, helechos, begonias, aves del paraíso, violetas, entre otras tantas.

Mi curiosidad por la cocina, sin embargo, comenzó desde temprano. Recuerdo que desde los seis años, junto con mis amiguitas, jugábamos a “cocinar”. Arrancábamos las hojas de las chafleras de mi abuela –sin que ella se diera cuenta– y las rellenábamos de tierra, las amarrábamos y las servíamos como supuestos tamales a las muñecas. Pobres plantas.

Cuando abrió Athen’s Pizza en 1992, el chef Panos fue uno de los primeros en cultivar su propio orégano aquí en la ciudad, el cual utilizaba para sazonar sus afamadas ensaladas griegas. Willy Diggelman, del Chalet Suizo, sembraba albahaca y orégano en un lote cercano al Pomodoro, para darle el toque fresco a los platos de sus restaurantes, y Fabien Migny, de Ten Bistro, hizo varios intentos por cultivar vainilla. Charlie Collins y su madre Inga tienen un maravilhttp://www.blogger.com/img/gl.link.gifloso jardín de hierbas surtidas en Boquete, a un costado del Panamonte, y Melissa De León tiene colección de chiles. El aprecio por cocinar con hierbas frescas se ha ido popularizando entre los chefs, aunque al principio el acceso a ellas era bastante limitado. Sólo en los chinitos de los barrios más finos conseguíamos albahaca y orégano. Hoy, gracias a la demanda generada por el crecimiento de la gastronomía local, podemos obtener una amplia variedad de hierbas en la mayoría de los supermercados y tiendas especializadas, algunas cultivadas aquí, otras importadas. Entre las hierbas que se pueden comprar con facilidad están el eneldo, tomillo, orégano, albahaca, hierbabuena, cilantro, romero, perejil italiano, y con menos facilidad la salvia, laurel fresco, menta, estragón y cebollina fina, también conocida como ciboulette o chives, que es la más difícil de cultivar aquí en Panamá. Continúa aquí

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EL AMOR POR LA COCINA: Mi Jardin Culinario


8.04.2007

Mi Jardin Culinario


Mi jardín culinario
El aprecio por cocinar con hierbas frescas se ha ido popularizando entre los ‘chefs’, aunque al principio el acceso a ellas era bastante limitado. Sólo en los chinitos de los barrios más finos conseguíamos albahaca y orégano’.

ELENA HERNÁNDEZ
mosaico@prensa.com

Nunca he sido amante de las plantas, a pesar de que mi bisabuela, abuela y madre, han cultivado desde frondosos jardines de rosas dignos de portada de revista, hasta terrazas y balcones cubiertos de matas como gingers, chafleras, helechos, begonias, aves del paraíso, violetas, entre otras tantas.

Mi curiosidad por la cocina, sin embargo, comenzó desde temprano. Recuerdo que desde los seis años, junto con mis amiguitas, jugábamos a “cocinar”. Arrancábamos las hojas de las chafleras de mi abuela –sin que ella se diera cuenta– y las rellenábamos de tierra, las amarrábamos y las servíamos como supuestos tamales a las muñecas. Pobres plantas.

Cuando abrió Athen’s Pizza en 1992, el chef Panos fue uno de los primeros en cultivar su propio orégano aquí en la ciudad, el cual utilizaba para sazonar sus afamadas ensaladas griegas. Willy Diggelman, del Chalet Suizo, sembraba albahaca y orégano en un lote cercano al Pomodoro, para darle el toque fresco a los platos de sus restaurantes, y Fabien Migny, de Ten Bistro, hizo varios intentos por cultivar vainilla. Charlie Collins y su madre Inga tienen un maravilhttp://www.blogger.com/img/gl.link.gifloso jardín de hierbas surtidas en Boquete, a un costado del Panamonte, y Melissa De León tiene colección de chiles. El aprecio por cocinar con hierbas frescas se ha ido popularizando entre los chefs, aunque al principio el acceso a ellas era bastante limitado. Sólo en los chinitos de los barrios más finos conseguíamos albahaca y orégano. Hoy, gracias a la demanda generada por el crecimiento de la gastronomía local, podemos obtener una amplia variedad de hierbas en la mayoría de los supermercados y tiendas especializadas, algunas cultivadas aquí, otras importadas. Entre las hierbas que se pueden comprar con facilidad están el eneldo, tomillo, orégano, albahaca, hierbabuena, cilantro, romero, perejil italiano, y con menos facilidad la salvia, laurel fresco, menta, estragón y cebollina fina, también conocida como ciboulette o chives, que es la más difícil de cultivar aquí en Panamá. Continúa aquí

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